La simetría es una correspondencia entre elementos de un conjunto. De
una figura simétrica se pueden obtener otras, como sucede con las isometrías,
es decir, las traslaciones, reflexiones, gradaciones y otras operaciones
gráficas.
La diacronía por su parte se refiere fundamentalmente evolución
temporal. Permite analizar un objeto en continuo, su evolución a través del tiempo, seguirlo a lo largo de sus diferentes espacios temporales.
Entonces ¿qué se debe mirar para analizar simetrías diacrónicas en un
audiovisual?
En primer término se deben detectar algunos elementos significativos de
la escena o secuencia, puede ser un movimiento de cámara, un plano detalle
sobre un objeto dado, un clima lumínico en una toma particular o la irrupción de
un sonido frente a una acción determinada. Entre muchos otros.
Luego se debe observar el desarrollo continuo de la historia, su
evolución –diacrónica- para detectar si ese elemento tiene simetrías,
es decir si se corresponde con otros similares, movimientos de cámara análogos,
uso de tamaños de plano para acciones parecidas, climas de luz recurrentes,
sonidos que se presentan una y otra vez en oportunidades que se emparentan. Todo
esto se debe señalar a lo largo de la partitura. En la partitura se deben poder
identificar visualmente esas correlaciones, hay que señalarlas por semejanza de color, formas o
texturas. También se debe explicar qué significan.
¿Qué relación hay entre uno y otro recurso? entre ambos elementos ¿se
construye sentido, hay significación? en todo caso ¿se trata de meras
repeticiones? O por el contrario, el uso una y otra vez de ese recurso ¿tiene
que ver con los sentidos de la historia, con los signos y símbolos propios del
lenguaje que se está utilizando? y con lo sincrónico ¿qué relación hay? Así, la simetría diacrónica nos permite
entrever la construcción se significados dentro del propio relato, desde todos
los recursos técnicos. Una historia ordenada, como en el cine.