Hace tiempo que los salarios del personal universitario
docente y no docente sufre un deterioro severo. Los auxiliares con dedicación
simple sostienen, en muchísimos casos, cursadas multitudinarias. Algunos de
ellos, con el mismo cargo, integran equipos de investigación en los que
profundizan los contenidos de sus asignaturas y generan nuevo conocimiento. Su
trabajo día a día es muy poco valorado, cada vez menos reconocido. El poder
adquisitivo de sus sueldos se derrumba frente al descalabro económico.
La economía es, por definición, una ciencia que busca satisfacer las necesidades humanas, una disciplina que procura soluciones para acceder a una alimentación digna, a los servicios de salud, al conocimiento, a la educación. Detrás de las tarifas, de los impuestos, del precio de las cosas, no hay números: hay personas. Mujeres y hombres que hacen grandes esfuerzos para no tener deudas, para mantener a sus familias. El gobierno nacional, que carece de sensibilidad por la gente, anuncia que no dará ningún tipo de aumento para el sector público. Toda negociación que pueda actualizar las escalas salariales está suspendida. El gobierno manifiesta su desprecio por la participación estatal en los centros de salud, en las bibliotecas, a los museos, en la producción cinematográfica, en los emprendimientos teatrales, en las pequeñas y medianas empresas, en las librerías, en la investigación científica. Con un lenguaje insultante y soez, repudia cualquier tipo de apoyo a las formas de transferencia del conocimiento.
Los equipos de cátedra dedican horas a acordar estrategias de enseñanza, a preparar ejercicios, a evaluar, a leer, a visualizar, a elevar informes, a investigar. El tiempo frente a los estudiantes se complementa con su dedicación diaria para resolver esas tareas. Así como los alumnos tienen la obligación de estudiar y presentar en tiempo y forma sus deberes, los docentes deben estar al día y profundizar sus conocimientos para resolver la demanda de cada clase. Lo deben hacer para alcanzar la meta de formar profesionales críticos, sensibles a la realidad que los circunda, solidarios en la construcción de un futuro promisorio para las generaciones que sigan. Intercambiar conocimientos es un trabajo. Estudiar es un trabajo. Así lo advierte el Estatuto de nuestra universidad: la educación superior y el conocimiento son un bien público y social, el Estado tiene el deber de sostener en su totalidad sus tareas y funciones.-
La economía es, por definición, una ciencia que busca satisfacer las necesidades humanas, una disciplina que procura soluciones para acceder a una alimentación digna, a los servicios de salud, al conocimiento, a la educación. Detrás de las tarifas, de los impuestos, del precio de las cosas, no hay números: hay personas. Mujeres y hombres que hacen grandes esfuerzos para no tener deudas, para mantener a sus familias. El gobierno nacional, que carece de sensibilidad por la gente, anuncia que no dará ningún tipo de aumento para el sector público. Toda negociación que pueda actualizar las escalas salariales está suspendida. El gobierno manifiesta su desprecio por la participación estatal en los centros de salud, en las bibliotecas, a los museos, en la producción cinematográfica, en los emprendimientos teatrales, en las pequeñas y medianas empresas, en las librerías, en la investigación científica. Con un lenguaje insultante y soez, repudia cualquier tipo de apoyo a las formas de transferencia del conocimiento.
Los equipos de cátedra dedican horas a acordar estrategias de enseñanza, a preparar ejercicios, a evaluar, a leer, a visualizar, a elevar informes, a investigar. El tiempo frente a los estudiantes se complementa con su dedicación diaria para resolver esas tareas. Así como los alumnos tienen la obligación de estudiar y presentar en tiempo y forma sus deberes, los docentes deben estar al día y profundizar sus conocimientos para resolver la demanda de cada clase. Lo deben hacer para alcanzar la meta de formar profesionales críticos, sensibles a la realidad que los circunda, solidarios en la construcción de un futuro promisorio para las generaciones que sigan. Intercambiar conocimientos es un trabajo. Estudiar es un trabajo. Así lo advierte el Estatuto de nuestra universidad: la educación superior y el conocimiento son un bien público y social, el Estado tiene el deber de sostener en su totalidad sus tareas y funciones.-
La cátedra Diseño Audiovisual adhiere al paro convocado para el próximo miércoles 11 de junio.-